A veces la vida te pone frente a situaciones en las cuales uno no quiere estar. Pero lo increíble de todo esto es la fortaleza que tenemos para seguir adelante.
El 2010 fue un año muy dificil en mi vida, de hecho lo que había construido durante muchos años, se cayó. Pero no sé cómo, sigo adelante.
Dando un paso día a día, con mucha ayuda eso sí, familia, amigas, compañeros de trabajo...
Es difícil empezar nuevamente, pero se puede, obviamente cada tanto me caigo un poco, pero le doy a todos sus momentos, no hay que apurar nada, a pesar que a veces uno piensa y se pregunta: Cuando voy a estar bien? Quiero estar bien ya! Estoy cansada de responder: y ahí ando...!
Pero bueno, ante estas situaciones, lo único que va a sanar mi corazón es el tiempo, y hoy es mi gran amigo, compañero... él es el que día a día me hace sentir un poquito mejor, es el que me barre la tristeza, el que me ayuda a cicatrizar las heridas de mi corazón.
Igual el dolor hay que transitarlo... no hay que apurar nada, todo duelo en algún momento llega a su fin. Y todo se vuelve a construir de a poquito, y ahora sí mientras una está todavía media renga, hay que hacer todo despacito. Pisar tierra firme, tomar decisiones transitorias, para poder despues tomar otras decisiones cuando ya todo esté mejor.
Se aprende mucho... se crece mucho... uno se curte un poco más. Y la vida es así, nos hace crecer con dolor muchas veces y a mí me tocó crecer así. Obviamente esto no lo elegí y tampoco lo elegiría. Y pasa que muchas veces uno tiene que vivir de cosas y por cosas que uno no elige.
Pero mi vida está cambiando, y seguramente con el tiempo veré que cambió para bien... y seguramente con el tiempo estaré bien...
Gracias a todos los que me prestaron su hombro para llorar, su paciencia para escuchar. su consejo, su compañía, su silencio, su respecto... gracias por transitar este momento junto conmigo... gracias por acompañar el dolor y, por sobre todo por respetarlo.
