miércoles, 5 de mayo de 2010

Empezando a leer


Cuando a los diez años leí mi primer libro, sabía que algo nuevo se iniciaba y así fue que Louisa May Alcott y sus Mujercitas de la colección Billiken dejaron una impronta que nadie borrará de mi vida.
Es que en ese momento descubrí pasión por la lectura y mucha pero mucha emoción, esa que uno siente cuando un libro te devora y no ves la hora de terminarlo y a la vez sentís que querés disfrutarlo de a poco para que no se termine.
A partir de ese momento comenzé a leer todo lo que se me cruzaba en el camino, porque no siempre me podía o me podían comprar un libro, así fue que leí las novelas de Corín Tellado (con títulos tales como “Te amaré en silencio”) o novelas que habían pertenecido a mi abuela Luisa, que encontré en la biblioteca de mis padres. Esos eran libros que ella y sus hermanas leían, libros de tapa dura, de los cuales recuerdo títulos como “Amor en Valladolid”, y eso me llevó a realizar mi primera gran investigación, ver donde quedaba “Valladolid” en el mapa y comenzar a investigar algo de esa ciudad, al día de hoy sigo realizando esas averiguaciones cuando encaro la lectura de algún libro que así lo exige.
En el medio de todo eso estaba el diccionario, si a los treinta y cuatro años, tengo que buscar un montón de palabras de las que no sé exactamente su significado, imagínense a los diez.
Tal vez en la época actual fuera definida como una pre-adolescente “friki”, pero yo sólo sabía que eso era lo que quería hacer, leer y leer.
A Mujercitas, le siguió “Las Mujercitas se casan”, “Hombrecitos” y “Los Hombrecitos de Jo”, debo alcarar que así estaban divididos en la colección Billiken. “Papaito piernas largas” de Jo Webster, su continuación “Mi querido Enermigo”, otros más de Louisa May Alcott, “Una Chica a la antigua”, “Una chica a la antigua se enamora”, “Ocho Primos”, “Jack y Jill” y “Bajo las lilas”, “Violeta” de Whitfield Cook, “La vuelta al mundo en ochenta días” de Julio Verne, “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens, Jane Eyre de Charlotte Brontë, y Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.
Luego de tanta lectura, quise saber un poco más de Louisa May Alcott, y me enteré que Mujercitas fue un relato semiautobiográfico de su niñez, que gozó de una educación especial que estuvo en manos de su padre “Amos Bronson Alcott”, quien fue en su época un pedagogo muy importante con ideas revolucionarias, que su hija tomó para volcar en sus libros. Fue enfermera en el Hospital de la Unión, y luego contrajo fiebres tifoideas, quedando su salud quedó muy debilitada. Falleció el 6 de marzo e 1888 a los 55 años de edad.
A veces pienso, si cuando era chica hubiese tenido Internet. Que complemento le habría agregado a mis investigaciones paralelas!.
Ese fue mi inicio en la lectura, tal vez el de muchas chicas haya sido similar al mío, tal vez muchas hayan comenzado a construir “sus castillos en el aire” como lo hice yo a los diez años, tal vez Louisa Alcott, jamás pensó que llegaría a tanto, pero estoy segura que lo que pensó fue transmitir su amor incondicional por la literatura y educación y definitivamente en mí lo logró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario